La mayoría de estos enfermos realizan una vida prácticamente normal durante mucho tiempo o incluso de forma permanente. Se sienten perfectamente capacitados para su trabajo y para la vida de relación con los demás. Generalmente no necesitan realizar ningún tratamiento. La enfermedad puede, no obstante, atravesar épocas con síntomas de inflamación en alguna parte de organismo y, en esas circunstancias, suele haber molestia generales parecida a las que produce una gripe.